Nueva York, EEUU., a 16 de octubre de 2024.- El Departamento de Justicia de los Estados Unidos se pronunció por la sentencia al exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, quien el miércoles ha sido condenado a 38 años de prisión por un tribunal federal de ese país.
La sentencia, dictada por el juez Brian M. Cogan del Distrito Este de Nueva York, se produjo tras su declaración de culpabilidad en febrero de 2023, cuando un jurado lo halló responsable de múltiples delitos relacionados con el narcotráfico y la corrupción, incluyendo la participación en una organización criminal y conspiración para la importación y distribución de cocaína. García Luna también deberá pagar una multa de 2 millones de dólares.
El Departamento de Justicia destacó que esta sentencia pone fin a un caso que sacudió a México y Estados Unidos, pues el acusado, que ocupó el cargo de secretario de Seguridad Pública entre 2006 y 2012, desempeñaba un papel clave en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, las pruebas presentadas en el juicio mostraron que, durante su mandato, utilizó su posición para ayudar al cártel de Sinaloa a cambio de millones de dólares en sobornos, permitiendo la entrada de más de un millón de kilogramos de cocaína en territorio estadounidense. Según los fiscales, García Luna protegió al cártel, facilitando la circulación de drogas y suministrando información confidencial para eludir operativos policiales.
Una traición a la seguridad pública
Breon Peace, fiscal del Distrito Este de Nueva York, declaró que la sentencia es un paso crucial en la defensa de la justicia, ya que el exfuncionario traicionó la confianza de los ciudadanos a los que había jurado proteger. "Su traición desató una violencia incalculable en México y Estados Unidos", afirmó Peace, quien destacó que la condena envía un mensaje claro: "nadie está por encima de la ley".
Por su parte, Anne Milgram, administradora de la DEA, enfatizó que el caso demuestra que ningún poder político puede proteger a quienes colaboran con los cárteles. "En lugar de proteger a los ciudadanos, García Luna protegía a los narcotraficantes", subrayó Milgram, añadiendo que la DEA seguirá persiguiendo a las redes criminales.
Los sobornos y la ayuda al cártel
El juicio reveló detalles inquietantes sobre las actividades del exfuncionario. Los testimonios indicaron que, a cambio de sobornos entregados en maletas, portafolios y bolsas de lona llenas de dólares, la Policía Federal, dirigida por García Luna, actuaba como escolta del cártel, facilitando la descarga de cocaína en el aeropuerto de Ciudad de México y permitiendo que los miembros del cártel usaran uniformes oficiales para pasar desapercibidos. Además, el exsecretario filtró información a los narcotraficantes, lo que les permitió evadir la justicia y atacar a cárteles rivales.
Incluso después de dejar el cargo y mudarse a Estados Unidos en 2012, García Luna continuó con sus intentos de evadir la justicia. En 2018, durante una solicitud de naturalización, mintió sobre sus actividades ilícitas y, mientras esperaba la sentencia, trató de sobornar a otros reclusos para que ofrecieran falso testimonio.
Implicaciones y próximos pasos
La sentencia de García Luna representa un golpe significativo para los esfuerzos por combatir la corrupción en las altas esferas del gobierno mexicano, donde el caso ha reavivado el debate sobre la complicidad de funcionarios en el narcotráfico. Las autoridades de Estados Unidos indicaron que continuarán trabajando para desmantelar las redes delictivas responsables de introducir narcóticos en el país.
El caso fue resultado de una investigación conjunta liderada por la “New York Strike Force” y la “El Dorado Task Force”, con la participación de múltiples agencias de seguridad estadounidenses.