Ciudad de México, 23 de julio de 2024.- En lo que va de la administración, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), a cargo de Antonio Martínez Dagnino, ha recaudado 3.4 billones de pesos por auditorías y promoción de cumplimiento, lo que representa 2.2 billones de pesos más que en el sexenio anterior, es decir, un crecimiento real del 113.4 por ciento.
De estos recursos, 1 billón 380 mil 812 millones de pesos se obtuvieron por auditorías a grandes contribuyentes, 1 billón 56 mil 576 millones de pesos por auditorías a pequeños y medianos contribuyentes, mientras que por promoción del cumplimiento (invitaciones) se obtuvieron 945 mil 962 millones de pesos.
Dichas acciones de fiscalización forman parte del Plan Maestro implementado por el Jefe del SAT, quien planteó incrementar la recaudación de grandes contribuyentes, basándose en:
· Auditorías para evitar planeaciones fiscales agresivas.
· Incrementar la percepción de riesgo en los grandes contribuyentes.
· Certidumbre jurídica al contribuyente.
Para ello, se programaron auditorías con un enfoque más asertivo y con menor tiempo de fiscalización de hasta 5 ejercicios fiscales anteriores; se incentivó la autocorrección y el cobro oportuno; se eliminó el rezago de créditos fiscales y depuró la cartera; y se reforzó la verificación de la aplicación de saldos a favor de impuesto al valor agregado (IVA).
Gracias a esto se han incrementado los ingresos tributarios sin aumentar impuestos o crear nuevos, con lo que se garantiza un piso parejo y justo en el cobro de contribuciones.
El Plan Maestro incluye la mejor atención al contribuyente, a través de acciones como la digitalización y mejora del tiempo de atención, con el objetivo de que también se incremente el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales y así fortalecer la cultura contributiva en beneficio del país.
Los logros obtenidos por el SAT son el resultado de equipos especializados y honestos con conocimientos técnicos en cada área contable, legal y financiera, quienes aplican la ley, sin revisar nombres de empresas ni accionistas, sólo operaciones contables y financieras que tienen repercusiones fiscales en el pago de los impuestos.