Morelia, Michoacán, a 11 de enero 2024.- Uno de los temas que ha sido más polémico en la discusión pública es el Presupuesto Electoral, convirtiendo este tópico en una tensión entre atribuciones y presupuesto.
Lo anterior implica que por un lado, la presión política, a través de legisladores que multiplican atribuciones, políticos en la arena que suman complejidad y factores coyunturales; mientras que por otro lado, hay una presión de hacer más con menos.
Luego viene una serie de argumentaciones que no siempre son certeras, como la falta de compresión de que las autoridades electorales incrementan su presupuesto sustancialmente en el año de las elecciones.
Tampoco se introduce en la argumentación comprensiva que entre procesos electorales es normal que el presupuesto se incremente, al menos por la inflación, más lo que tiene que ver con la atención a una población incremental, ni que decir, el impacto que representan nuevas atribuciones o las resoluciones de los tribunales en términos de ampliación de derechos.
Si se analiza el Gasto Neto Total que es todo lo que se gasta en términos del Presupuesto de Egresos de la Federación, se observa que todos los años se incrementa. Así que si se compara el Ramo 22 que se denomina Instituto Nacional Electoral con el Gasto Neto Total en el Presupuesto de Egreso de la Federación de 2024, es decir, la parte con el todo, y se obtiene un porcentaje del primero sobre el segundo, encontraremos que dicho ramo representa el 0.36% de todo el Gasto Neto Total. En otras palabras 36 centavos de cada 100 pesos de presupuesto van al ramo denominado Instituto Nacional Electoral.
Dicho porcentaje es el más reducido que haya tenido el ramo 22 en este siglo. Es menos de la mitad de lo que representaba en 2003, año de elecciones intermedias y no como ahora que son presidenciales, y el INE como cabeza de un sistema nacional electoral, que no existía en aquellos ayeres.
Pero además hay que considerar que lo que se denomina ramo 22, incluye no sólo el presupuesto operativo del Instituto Nacional Electoral, sino también el financiamiento público a los partidos políticos y a las candidaturas independientes; por lo que, a los 32 mil 767 millones, 37 mil 27 pesos que implica el ramo 22, hay que restarle 10 mil, 444 millones, 157 mil, 311 pesos; con ello lo que queda del gasto operativo del Instituto Nacional Electoral es de 22 mil 322 millones, 879 mil 716 pesos.
Nuevamente apliquemos el porcentaje de lo que representa el gasto operativo del INE respecto al Gasto Neto Total del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024, y resulta que esa cantidad representa el 0.25% de todo lo que se gasta.
Si este último porcentaje lo comparamos bajo la misma operación en los años que se tuvieron elecciones presidenciales o intermedias de este siglo, encontraremos que es el más bajo; muy atrás quedó el gasto operativo del Instituto Federal Electoral del año 2000 cuando representó el 0.45% del Gasto Neto Total de ese mismo año.
Si hay una historia de eficiencia administrativa de hacer más con menos de forma profesional, ese debería de ser el caso del Instituto Nacional Electoral.